Parece ser la ciudad de Rivas el escenario de un nuevo fenómeno social: el reclamo y protesta de los miembros de la Asociación de Abogados de este departamento del país. Y es que, el abogado debe mantener el honor y la dignidad profesional, no solamente como un derecho, sino también como un deber en combatir por todos los medios lícitos la conducta moralmente censurable de cualquier funcionario público que esté haciendo costumbre negativa la obstrucción al acceso a una verdadera justicia, sean jueces, policías, Ministerio Público o cualquier otro representante gubernamental ligado a la justicia.
El caso de los abogados de la ciudad de Rivas debe hacernos reflexionar a todos (gobierno y pueblo en general) sobre este asunto, por el bien de los derechos humanos de cualquier afectado y, sobretodo, en propugnar por una justicia en equidad e igualdad sobre la base fundamental de las leyes del país. No es posible que, mientras en la mayoría de los países civilizados del mundo los procesos y resoluciones se hacen cada vez más ágiles, en países como el nuestro estemos dando pasos hacia atrás en el acceso real a la justicia en todo el sentido de la palabra.
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